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Muchos lo odian y otros lo adoran pero, empezar a ir al gym puede convertirse en una muy buena estrategia para ponerte en forma. Últimamente se ha puesto muy de moda, no solo por todas las celebridades con el abdomen marcado de Instagram, sino también porque el gym se convierte en un lugar en el que la mayor parte del tiempo solo puedes hacer una cosa: ejercicio.

1.- Elige un gym

Antes de empezar debes tener claro a qué gimnasio irás.

Por supuesto que el mejor es el que más conveniente sea para ti, por ejemplo: el que queda cerca de casa, del trabajo o el que está de camino.

Un amiga empezó a ir al gym en las horas pico de tráfico después del trabajo, así en lugar de estar sentada en el auto, aprovecha para ponerse en forma y llega casi a la misma hora a casa ¡estupendo!

Nunca lo había visto de esa forma hasta que un compañero del gimnasio, me contó que su factura del agua y luz ha disminuido porque se ducha en el gym antes de ir al trabajo ¡que genial!

Con esto quiero decir que empezar a ir al gym, arrastra miles de beneficios por donde lo veas, así que elige el tuyo, empieza por eso.

2. Pregúntate y escribe cuándo, cuánto, cómo, para qué y por qué

Si tú estás recién estrenando el gym, seguramente no sabes qué esperar, cómo entrenar o incluso lo que quieres lograr.

Esta parte puede ser aburrida pero, confía en mí, es clave que te garantiza resultados a futuro. Así que toma un lápiz y papel, tu agenda o abre una nota de tu móvil y responde a estas preguntas.

3. Prepara tus cosas antes

Este paso es importante para ser constante ¡confía en mí!

Hay mañanas en las que tengo cero ánimos de ir al gym, y cuando veo que mi ropa deportiva está a la mano, es más fácil ponérmela y ya que estoy vestida es más fácil motivarme para salir por la puerta rumbo al gimnasio.

Además tener todo listo evita que pierdas tiempo buscando tus calcetines, o llenando con prisas tu botella de agua.

Ten siempre un checklist en tu armario, en el baño, o en la puerta de casa con todo lo que tienes que dejar listo el día anterior.

4.- Confía en ti

Vale, se que esperabas una estrategia más sexy, pero, la verdad es que todo se resume a tener confianza para entrar por la puerta del gimnasio, tener confianza para hacer los ejercicios por primera vez, tener confianza para no compararte con toda la gente fit de tu alrededor y tener confianza para repetir todo lo anterior una y otra vez.

5.- Pide ayuda

Si estás empezando, lo mejor es que un profesional te supervise y te diseñe una rutina adaptada a tus capacidades físicas (por favor, vuelve a leer eso)

No quiero espantarte, pero, si consigues una rutina de gimnasio en internet de forma aleatoria, es probable que te lastimes o que al día siguiente no puedas mover ni el dedo chiquito del pie por el terrible dolor muscular.

Además se ha visto que tener un entrenador aumenta la motivación, el rendimiento y la adherencia a tus rutinas